Así como, en la década de 1970, las feministas del movimiento italiano “Salario para el trabajo doméstico” revolucionan la idea de trabajo, a partir de la valorización de las tareas de reproducción de la vida y de la fuerza de trabajo, en la familia nuclear capitalista (Silvia Federici), el movimiento de “les putas feministas” plantean hoy otro paradigma social que desafía al Capital. Feministas y putas abren un nuevo campo de batalla en el seno de la normalidad capitalista.
Si las amas de casa producen y preparan la fuerza de trabajo para el Capital les putas producen y modalizan la fuerza sexual y afectiva de la sociedad. Nuestra investigación Conferencia de putas planea implicarse y reivindicar desde el plano de composición escénico estas hipótesis sobre el trabajo y la formación sexual, así como aliarse a sus luchas y sujetos activistas. Se trata de reconocer en cada época las intensidades que nos son explotadas por el Capital. Queremos liberarlas para autonomizar los procesos vitales que deseamos. Cuando les putas feministas disidentes grafitean LAS PUTAS EN LA CALLE: GUERRA DE INFRAESTRUCTURA, entre otras cosas, están disputando la idea capitalista de trabajo asalariado tanto como derechos laborales. Pero, también, el modo de materialización y sensualización de los cuerpos en la sociedad.
¿Qué función han ejercido les putas y cuál ejercen hoy en la sociedad? El capitalismo usa a les putas al mismo tiempo que les desprecia y les reprime. Sin embargo, una nueva figura militante ha surgido: le puta feminista -en Argentina encarnada, por primera vez, en la década de 1970, en la trabajadora sexual y activista Ruth Mary Kelly. ¡Qué existan les putas! Ya no la esclava del sexo, ya no “la prostituta respetuosa”, sino une militante del deseo en guerra contra la explotación capitalista de nuestra energía sexual. Une puta autónoma de sujeciones y tutelajes del Estado, del Mercado, de la Publicidad y de la Policía.
La prostitución no es la trata de personas. La trata es un dispositivo de control y tutelaje del Capital. Mientras que la prostitución es un trabajo sexual y afectivo en deriva, una máquina de guerra al Capital. El trabajo sexual es una práctica de subjetivación, de trazado de posibles sexuales y afectivos. Hacerse prostitute, por ejemplo, es también una manera de rehacer el propio cuerpo y volverse deseable para otres. El erotismo, la seducción, la sensibilidad, los goces, los sentimientos son trabajos, producen valor: fabricaciones sociales de escenas sexuales, dramaturgia de gestos, montaje de imágenes, compuestos de afectos que individualizan a cada cuerpo ya sea de manera homogénea, o bien, singular, depende las prácticas y conceptos que se pongan en juego. Hay trabajo sexual no solamente por el hecho de que media una paga si no por la capacidad de formación sexual y afectiva de les partenaires en el juego pautado entre clientes y putas. La prostitución es una potencia de educación sexual y afectiva capturada por el Capital… Liberémosla!
*Conferencia de putas, es una investigación escénica argentina-croata desarrollada por les artistas Silvio Lang y Bruno Isakovic. En septiembre 2019 se prevé la presentación de una performance, creada y protagonizada por putas activistas feministas, en el marco de las residencias coreográficas “Danza al borde”, del Complejo Teatral de Buenos Aires, Centro Cultural San Martin y UNSAM.