Como resistir la violencia institucional cotidiana // Juan Gerez

Ir al grano, no escribir prefacio que esclarezca la llegada al gobierno de Cambiemos. La bocha es corta y la estrategia planteada por ellos es simple. Reforzar la utilización del terror para reordenar el espacio político y disciplinarlo. Miedo, cuerpxs, bastones y sangre, prepotencia por ver, DNI por grabar y demorado por defender. Así se muestra nuevamente el neoliberalismo, a decir, por un lado, el respeto indiscutible a la propiedad privada y el accenso al panteón del modelo de la empresa privada y por el otro, represión. Lo individual es virtud y lo colectivo molesta, por eso cada cual a sus cosas y mejor no preguntar, no meterse nos recomendaban nuestros padres, era la lección de la dictadura.

Su estrategia es precisa y doble: concentración económica hacia arriba (plutocracia) mientras se ajusta hacia abajo. Las fuerzas de seguridad en fila y la represión directa a las masas es la forma tradicional ante lo que se impone como resistencia colectiva movilizada a esa lógica mercantil que inunda todo. Confrontación entre cuerpxs en una suerte de lógica militar que enfrenta bloques contra bloques. Sin embargo, y a diferencia del pasado dictatorial, el bloque neoliberal encuentra hoy un límite, este es el espacio democrático (siempre endeble y cambiante). Una novedad para nuestra historia moderna puesto que su suspensión era la norma cuando ellos asaltaban el gobierno.

Segunda estrategia que busca imponer el miedo en una sociedad como la nuestra, siempre insurgente y altanera, puesto que también se necesita romper los lazos sociales en lo micro escoltando a los despidos como norma disciplinante, mostrarse obsceno y siempre presente en tu día a día, advirtiendo que, si sacas los pies del plato, cobras, que, si miras al rati a los ojos, te la puede dar y que los que ahora manda en la calle son ellos. La regla es el espacio público limpio y el comercio es asunto de gente respetable. Los pobres son cosas y molestan y el barrio militarizado como gueto para que no arruine nuestra estética europea. Es una micro violencia institucional que se instala para comerte el inconsciente, para que no pares y veas, para que sigas en la tuya, para que te salves vos, anatomo: le habla a tu cuerpo. Pero Argentina es una mezcla rara y siempre rebelde, dos victorias populares contra los ingleses en la espalda, no nos cabe comernos el verso por mucho tiempo. Ahí el pecho del militante siente la injusticia como propia, como decía el Che, uno no controla el cuerpo y se manda, encara piola y enfrenta la mierda con bastón y después se come el garrón pero no importa.

Lxs que ponen, llevan la historia de la movilización y si hace falta, la maza en la mochila por si pinta, ya que hoy día eso es una posibilidad. Sin embargo, ahora se podría pensar otra estrategia paralela para enfrentar el miedo que imponen esas micro-violencias de la vida cotidiana. Entonces, ¿cómo hacerlo sin caer en lo asilado de la acción individual, sin comerse el garrón del calabozo por creerse Superman? ¿cómo manifestar que la política es poner el cuerpo? despertarlo, hablar en ese espacio.

Hasta ahora la Yuta gana porque cuando hay injusticia la mayoría miramos, porque el cuerpo dice que hay que cuidarse, nadie se mete porque sí en una movida así, en lo videítos de Youtube siempre hay círculos de espectadores que encierran a los ratis pero que no encaran. ¿Lo viste? Hay miedo ahí, pero la gente está cansada y tu cuerpo lo siente, le metes más horas de laburo (por eso tu mal humor en casa) pero no alcanza para llegar a fin de mes, de apoco sentís que ya estas agobiado, no lo podes soportar más.

En los videítos los ratis le sacan la ropa al vendedor de la calle, al changarin que ahora ya no tiene el trabajo de antes, ese podrías ser vos y da empatía. ¿Como explotamos nosotrxs, lxs militantxs esa bronca, rabia y odio contra la injusticia, contra el gobierno, contra el laburo precarizado que la gentxs ya siente en su cuerpo pero que aún no sabe cómo expresar? La derecha ya leyó, para ellos los catalizadores son lxs negrxs o lxs inmigrantxs.

Los ratis se la creen, por ahora, porque en la calle ellos ganan, tiene el poder en la cintura. Pero para la micro-violencia tenemos micro-resistencia y aquí se arriesga una estrategia:

Los ratis, si no es un operativo, encaran de a dos o tres y si se pone denso piden refuerzos. La gente siempre se acumula para ver de qué va y si pinta ayudan al laburante. Ponerle freno; si vos sos militantx hablale a la gentxs que está ahí, deciles que hay que defender, que mañana podrían ser ellxs. Agarrate de la mano del que mira, hagan un circulo, que la policía no se pueda mover o por lo menos que le cueste, que sienta el cuerpo con cuerpo, nuestro poder, que vean que son menos y nosotrxs más, que se cagen, que se vayan. Agarra el teléfono, tene siempre un numero agendado, avisa lo que vas a hacer, avisa donde estas, avisa que llamas en media hora y que, si no te contactas de nuevo, te busquen en la comisaría más cercana, o sino colga los auriculares y mantene la conversación todo el tiempo, de ultima manda audios de whatsapp cada tanto. Empujarlos, molestar, gritar, soltar al que persiguen es tu estrategia, cuando lo lograron, decile que se vaya rápido con las cosas que le quiere zarpara la trulla, cantar el hit del verano para arengar. Aguantar ahí hasta que el laburante perseguido se fue lejos, subir el videíto a la red, que esta acción se vuelva virus en otro acontecimiento, mostrar que la calle también es trinchera y que al neoliberalismo se la ganamos siempre en lo colectivo. Una sociedad de individuos no funciona para Argentina porque nuestro arte no es vivir sino sobrevivir y eso es una lucha de conjunto, como el mate, como el Che.

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