“El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí (… ) Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio».
Ítalo Calvino
En este tiempo de escritura cartografiamos muchas veces, los efectos que tienen en nuestras cuerpas algunos ejercicios de poder dominantes. Hoy pensamos también, la relación que existe entre dominación y obediencia, empezamos a pensar que quien domina, sobretodo, también está llamado a obedecer.
Los onvres, por ejemplo, si bien llevan las de ganar en la cultura patriarcal, están llamados a cumplir: no ser sensibles, no sentir o, de hacerlo, sin que eso desborde los diques tan ajustados de lo que se permite a las masculinidades hegemónicas. Los agites sutiles, la distancia que no tiene explicación o el enfriamiento repentino de algo que era más suave y encendido, se pueden pensar como modos de hacer con eso que se espera de ellos.
Nos encontramos así, ante un movimiento que, por un lado, restringe la afectación, pero por otro, adquiere toda su fuerza en la posibilidad de embestir contra otrx. Como el patrón enojado se descarga con el peón que, en el mejor de los casos, sólo patea al perro al volver a su casa, muchas veces somos nosotras quienes tenemos que hacer algo con eso que desborda (o que justamente no puede desbordar) en otrx. Algunas veces también aparece: “estoy aturdido/frustrado/triste y no sé qué hacer con eso”. Nuevamente, en el mejor de los casos, se abre la posibilidad de armar una salida juntxs de estos circuitos infernales. Vamos a por eso.
Obediencia y dominación. Misma matriz
La obediencia y la dominación comparten mucho, principalmente, estar movidas por pasiones tristes y reguladas por el miedo.
¿Qué pasa cuando proponemos relaciones más libres o menos enroscadas? Muchas veces hay un llamamiento a volver a los guiones establecidos teniendo que cumplir con “todas las de la ley” cuando se trata de ser buenas víctimas, buenas mujeres, buenas amantes o buenas madres. Tenemos la sensación de que a veces no solo no pueden con nosotras más libres o sueltas, sino que al mismo tiempo hay una marcación moral sobre nuestras afecciones. No pueden solo correrse, sino que es necesario marcar lo que “no está tan bueno” de nuestro modo: “¿Te parece que podes querer a dos personas al mismo tiempo?”, “Que feo que es tener que mentir”, “Estás mucho con tus amigas (yo no debo ser tan importante)” y así, miles.
Pareciera que, aunque es más doloroso (porque a veces implica pasar por guiones muy pesados) estar dentro de lo estipulado, del orden establecido, tranquiliza. Ordena. Por temor a la pérdida o a la inseguridad que eso genera, le damos lugar a las pasiones tristes que, montadas sobre el miedo, operan con toda su fuerza, convirtiéndonos en secuaces de los regímenes establecidos.
Algunos enunciados con los que convivimos muestran ese efecto de naturalización y acostumbramiento a la opresión. Según Stengers, el secuaz, sostiene la alternativa infernal. Dice: “no hay que complicarse, es así”, sobretodo dice: “es muy necesario”. Llamamiento a la obediencia que propone guionadamente como salida la denuncia o la resignación, por ser estos, modos óptimos de captura de potencia.
Entonces, no es solo que existe el poder dominante y/o el tirano en cada uno de nuestros micromundos sino que también, hacemos un montón de maniobras para sostenerlo. Para que este sistema patriarcal capitalista heteronormado funcione y perdure en el tiempo, somos necesarixs como secuaces.
Detenernos en ese punto es importante ya que todxs La Tenemos Adentro. Le dedicamos mucho tiempo de nuestras vidas no solo asintiendo sino también, haciendo cumplir ese régimen. El tirano vive y se alimenta del LTA, ya que no solo es sometimiento sino destrucción de todo lo que se corra de esa línea. Claudia Huergo en uno de sus textos toma a Le Boetie que abre en esta línea, y dice: “No basta con que lo obedezcan, es necesario que se rompan, que se atormenten, que se maten trabajando en los asuntos de él y luego, que se complazcan con sus placeres, que abandonen los propios gustos por los suyos (…) es preciso que no solo hagan lo que él dice sino que piensen lo que quiere y con frecuencia, que adivinen aún de antemano sus pensamientos”.
El tirano se hace fuerte porque hay colaboración y complicidad en ese movimiento. Nos invita a ser parte de esa mega empresa que garantiza réditos y más que eso: unidad, claridad, reconocimientos y sobre todo, amor, “amor del bueno” o mejor, del “inclusivo”.
El ser parte, extiende una promesa de felicidad: “ya girará la rueda y en algún momento esclavo, te volverás tirano de otros”. Así, amar lo que este sistema habilita es comprar también los vales para ejercer cuando sea preciso, los “derechos” de tiranía: Le tiranx como forzamiento, le tiranx como la posibilidad de tener a otrxs a su servicio. Le tiranx sujeta, agarra, controla, todo lo sabe.
Esta construcción de alternativas impotentes (e infernales) se juega a nivel macro pero también en lo micro, en ese encuentro con el otrx. A veces naturalizamos que es “necesario” o que “es parte”, resignar aspectos de sí para estar en relación, para armar con otrx. Existen maneras sutiles de forzar, formas invisibles de violencia que pasan inadvertidas pero sabemos que se sienten en el cuerpo. Primera alerta. Muchas veces sentimos tensión, un miedo, culpa, una fuerza que me tira y entristece. Difícil poner palabras a esos hilos invisibles que se tejen para tensionar-nos y fuerzan algo que no queremos pero de lo que sentimos que no tenemos opción. Puede suceder entre amigxs, con unx wachx o con “la pareja estable”.
Puntos de partida: regulación y prevención de la pérdida
Estando en relación sabemos que muchas veces lo que aturde/conflictúa es el registro de que le otrx es otrx: le pasan cosas más allá de mi. Se fuga, se mueve, está en relación con otrxs, con otros mundos. En términos de narrativa propuesta ya hay un guion para resolver todo esto. Se arma un “contrato” que intenta sujetar la otredad. Puede ser tan concreto y material como un matrimonio, pero sabemos que lxs no casadxs no se salvan de nada. La conyugalidad y el parejismo que intentan tranquilizar, también es el LTA.
Contratos: de fidelidad, de amor eterno, de cuidados incondicionales. Cláusulas de excepción: “Podes elegir tres famosos para estar y no va a ser infidelidad”; “De los días del fin de semana una noche tiene que haber plan nuestro”; “Nos saludamos todos los días a la mañana por wasup” o “te cuento en que anduve en el día (sin vos)”. Así, más en serio, más en chiste, así de mierda vivimos. Como si el contrato fuera una garantía de transparencia, de verdad, tranquilidad, de no sufrimiento. No hay opacidades, todo se ve y se sabe de antemano, todo está establecido, controlado y pactado.
¿Se trata de no armar contratos? Creemos que es distinto lo contractual al intento de armar acuerdos, armar sentidos compartidos, armar mundos. La diferencia no está dada solo por no tener firmas y sellos, claro está. Entendemos que hay algo de esos modos de contratos propuestos, que hacen pie en la regulación, que previenen la posibilidad de la pérdida, hacen foco en la recesión. Se cuida no perder, se anticipa la experiencia, lo que se vive. Como una atajada antes de que la pelota llegue al arco, se busca evitar el dolor, la tristeza del desencuentro que a pesar de todos esos papeleos, materiales o simbólicos, a veces (por no decir siempre) pasa.
Entonces, de la mano del miedo y de la promesa compacta de seguridad, ingresamos a la máquina de sometimiento entregando lo más propio (y también lo más vivo) al círculo que nos hace formar parte de las lógicas de opresión. Tenemos “fe” que, en algún momento, eso también traiga brishos de dominación.
¿Qué hacemos entonces teniéndola tan adentro? La sacamos a rodar. Como dice la Huergo, el malestar no es transitorio, sino que es la forma de domesticación que propone el capitalismo. Sabemos que no hay dónde huir. Que lo que tiene que empezar a pasar, tiene que empezar a pasar ahora, entre nosotrxs. La trampa del sometimiento se abre queriendo abrirla. Las herramientas para abrir esa trampa las podemos construir de muchos modos, pero ninguno de esos modos puede saltear o evitar la experiencia de la desobediencia al mandato mortífero y mortificante de una cultura represora.
Tal vez construir una vía de escape a ese binomio tiranxs/sometidxs implique dar espacio para ver qué sucede si dejamos de sostenerlo. Cortar los hilos que fuerzan situaciones, afectos. Dejar de sujetar, controlar, presionar o forzar tal vez sean las vías de entrada a otras experiencias posibles, a otras maneras de ser/estar con otrxs. Esto deja abierta la posibilidad de pérdida, de que el encuentro no suceda, pero también de que algo nuevo se arme. Asumir la inevitabilidad de ese riesgo y tolerar la sensación de intemperie que nos encuentra cuando podemos sacarnos un poco de encima al tirano, es parte de la apuesta.
“Libre asociación o nada”
¿Cómo armarnos sin jerarquías, ni forzamientos? Estamos profundamente convencidas que en esta odisea de intentar a(r)marnos mundos más libres no se puede prescindir del otrx. Hemos hablado de que a veces no es posible, que a veces no hay disponibilidad para dejarse tocar por las preguntas, pero sabemos que la posibilidad de armar mundo es con otrxs, ahí cobra existencia. El asunto es ver desde dónde, cómo y qué se puede armar.
El ejercicio de libertad es con otres. No es previa, individual o bidereccional (yo sí y le otrx no, o a la inversa). Solo con otrxs es posible el armado de libertades. Armar modos de vida más libres nos implican de cuerpo entero. Implica coraje para mirar la mierda hecha carne que nos hace reconocernos como tiranxs y sometidxs. Hay que ir viendo qué hacer con eso.
Animarse a ver al tirano que llevamos dentro, porque en general solo vemos tiranos en otros lados. Nos preguntamos, ¿qué colabora para el despliegue de la libertad de quienes amamxs?, ¿y de cualquiera? Aún entristecidos, ¿podemos asumir que la alegría del otrx esté en otro lado que no sea conmigo? ¿Cómo acompañamos que otrx necesite espacio y tiempo? ¿Bajo qué condiciones una libre asociación será posible?
Dice nuestro viejo amigo Marx: “La antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, es reemplazada por una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno es la condición del libre desenvolvimiento de todos”.
No es el contrato de un vínculo lo que permite el despliegue de las libertades individuales sino que es la asociación o el encuentro el que podría permitir el despliegue de esas libertades y el desarrollo al máximo de nuestra potencia de actuar.
Quizás también, otra clave para pensar la tensión entre contratos y asociaciones sea que, en asociación, no se intenta cuidar algo que podría perderse sino armar condiciones de posibilidad para que ocurran cosas, imprevistos o inmanentes, sin estar pendientes o prevenidos de sus efectos. Como dijimos, en los contratos tampoco se tienen esas garantías pero se ficciona que es posible ese control. Como dicen lxs amigxs del Comité Invisible “se puede vivir una vida entera sin experimentar nada, guardándose bien de sentir y pensar. La existencia se reduce entonces a un lento movimiento de degradación. Desgasta y daña, en lugar de dar forma. A la inversa, a quien rechaza vivir al lado de sí mismo, a quien acepta experimentar, la vida le da progresivamente forma. Se convierte, en el pleno sentido de la palabra, en forma de vida”.
La asociación es condición para la libertad. No se trata de encontrar sujetxs libres individualmente sino de construir en asociación, libertades. Nuestra apuesta es (siempre) buscar aliadxs, no es sin ellxs. Convocarnos e ir creando en “ese juego sutil de distancias y resonancias” nuevos modos de vivir y también de resistir.
Eso se parece mucho al infierno que practicó el FIT en el INDEC en alianza con la burocracia tecnocrática tradicional del organismo durante los cuatro años de Cambiemos. Estaban todos alegres como idiotas.
Hola LTA q tal comotevá. Sabés quien habla no? Soy yo, el QTL muestra. Mirá, te tomaste la molestia así que a vos te lo voy a contar. Me agarras : Luna – de – miel- en – Hawai. Acariciando arena. Buoh, hasta hace medio segundo, y acá me tenés. No te hagás drama igual. No te hubieras molestado. Pero no te hagas drama. No pasa nada. ¿Cómo no voy a tener un rato para vos? Pero por supuesto, desde ya que sí. Estoy solari ahora mirá, unos minutos tengo. Calcula qué.. no sé, en un rato, salimos a pasear. Comprar alguna cosita. Claudia quiere llevarse una palmera desde acá. Está en pedo esta mujer. Por que tiene otra energía dice, parece que no es lo mismo que una que creció en la ciudad, y menos en la city. Yo le dije que está loca, que querés que te diga. Por que no hay buen aire en buenos aires, dice. Podes creer, una palmera. Ahora voy al shoping igual.
Siiiiii!!! Grande! Con los cocos! ¿no te digo? Escuchá. ¿¡te llamo?!. Si sesese si sí. Yo te llamo gueate tranquilo te llamo yo mas tarde alrededor de las 17 de acá. Estoomm.. las 10 tuyas. Te llamo. Chau chau.
¿Sabías que hice una escalera? Uno de los palos que sostiene los escalones, los largos verticales, ese palo es lo que dice Calvino, distinguir, dar lugar, y hacer durar. No fue tanto quién, sino a qué. Lo empecé a usar como método para agregar escalones.
Reconocer: aquellas intuiciones, certezas, conclusiones, cosas que creía con fuerza.
Darles espacio y hacer durar era seguir y seguir su camino desde lo que se pueda razonar y un poco a veces intuitivo, hasta donde lleve. Ser consecuente todo lo posible. Y probar.
A veces me pongo a jugar con las palabras hasta que ya está pasando demasiado para mí por el momento y tengo que volver. Es chato todo al volver. Ejemplo de este párrafo y el anterior, es decir, de jugar con los sentidos de las frases y hacerlas durar:
Sí digo: “el ser humano es un ser social” y así lo creo, (sostenido además desde diferentes lugares, pero que puedo concluir en esa frase) esa frase se convierte una base desde la cual parto. La ubiqué, digamos. Y ocurre algo cuando empezás el viaje, a darle lugar. Por ejemplo experimentas cómo estabas siempre chocando, o anulándote. Por ejemplo, con cualquier cosa donde esté el Yo. O sea casí todo el tiempo. Y si me encuentro repensando la prematuracion del nacimiento en el humano, comprendo algo nuevo sobre la noción de individuo y el movimiento que hace la vida cuando nos trae al mundo como nos trae. Gracias a lo otro. Cuando hay un choque, que hago? Me hago alguna que otra pregunta, pero después básicamente sigo el camino que me indica “el ser humano es un ser social”. Lo mantengo en su lugar todo lo más que pueda. ¿Qué me puede decir esa frase, además de lo que se entiende siempre? Suele quedar la frase muy tirada hacia un lado de “el hombre vive en sociedad”. Pero la frase también puede decir que somos con el otro, es decir, no que deba seguir siendo yo y otro, ya que ahí sigo diciendo que tengo un ser social pero me percibo y actuo como si tuviese un ser individual. Yo y otro es seguir engañado. Debe ser más real un Nosotros. Luego pruebo darle lugar a eso último, a ver que pasa, llevandolo a distintas formas. Pero seguro arrancaría así: El humano es nosotros.
O asi: es un ser social, que significa que el ser humano es un ser, que es social, o que su ser es social. Como decir, soy colorado por que tengo color rojo, o soy el color rojo. Ambos estan en la misma frase. Entonces; si el ser humano es un ser social, desprendo esta consecuencia: Ok, ese ser perdido, el Ser, está en lo social. Me pregunto por las dudas ¿ser individual? ¿se dice, escuché “ el ser humano es un ser individual”? No. Bien. Listo. Desprendo otra (como un razonamiento abductivo, jugueton, e intuitivo) : La cosa no está perdida. Sigo y sigo y sigo. Algunos pueden estar más flojos, consecuencias más flojas, pero a veces sirven como premisas y llego a una consecuencia bárbara que la seguridad se la puedo dar con otras premisas distintas, pero no había llegado por ellas . Pero me mantengo firme en lo de ser social y que el yo es una mentira. También a veces es cómo tomar la frase en sentido literal, medio psico. Pero al empezar a hacerlo, sigo automáticamente, por ejemplo, leyendo así, y la lectura se hace mucho más profunda y aguda y salen unas cosas bárbaras. Me da cagaso en cierto punto, y vuelvo. A veces reeleo y encuentro lo mismo y a veces no, y tengo que releer varías veces hasta poder volver a ver aquel sentido.
O asi:
Dominar y obedecer.
El punto de entrampamiento infernal, está donde no se ve. Verdad?
Cuando LTA, es cuando NI nos damos cuenta pero para nada. Es en un puntos donde nunca miraríamos. (El comentario de escribir cool y estar de onda o algo así, a Luchino. Las diseñadoras hacen la misma búsqueda que ustedes, van para un lado muy parecido. Pero no es por USTEDES los filósofos. Es el Ser Humano en gral. Alli donde se siente libre en general es en donde no está) Pero no quiero entrar en esto ahora. Puntual.
Hay una confusión entre dominar y obedecer. Una ligazón allí del inframundo. Y que ejemplifica perfectamente lo que nunca encuentro modo de decir. No sé bien cual es el ejercicio mental para poder ver lo que voy a decir. Quizá intentar verlo por un instante olvidando todo un bagaje con el que ha estado vinculada una de esas palabras. Ese bagaje le corresponde en cierto sentido, ya que es en donde suele verse en acción. Pero no le corresponde lo que se le atribuye.
Obedecer algo no es ser dominado por algo. Sos dominado por algo cuando obedeces sin saber que lo haces. O sos dominado por algo previo, u algo otro, y luego obedeces sin querer obedecer.
¿Una escena en donde la dominación es generada por la orden en sí? ¿En qué se puede pensar?
El soldado fue dominado previamente. En otros casos es una amenaza lo que domina. Y sobre todo, obedecer quita vitalidad cuando no sabés que lo estás haciendo.
Cuando alguien te domina por darte una orden?
Cómo sería que la orden sea lo que domina?
Obedecer. Uno puede obedecer sabiendo o no sabiendo, queriendo o no queriendo. Y puede ser triste o todo lo contrario. Con esto no digo que haya que vivir obedeciendo. No dije nada practico todavía.
Claro!!
Claudia dice: es necesario que se rompan. Lo logran.
La colaboración con el tirano que se hace fuerte está ahí, en el rechazar la claridad unidad amor del bueno bueno.
Y por que:
Tendencia. Nace de lo vital-libre del humano. No es solo que eso se lo coman y se devuelva la cascara. Hay una cosa. No es la cascara. Es lo vital-libre con un agregado. Se entremezclan dos cosas, entonces parece que se va hacia donde lo vital-libre quiere, pero no. Algo de lo libre tienen que mantener, respetar, para que el consumidor esté tranquilo, sintiendo que hace la suya. Pero eso queda asociado e indicernible de otra cosa. La otra cosa es como que redirige la fuerza. Entonces, los que están empalados aceptan todo junto, y los que solo LTA rechazan todo junto. (A la vez que por ello, más indicerniblemente, siguen aceptando todo junto). Puedo mostrar unos ejemplos en donde se ve claramente.
Entiendo que no referís a la claridad en sí. Pero igualmente. Hay algo de perderse el punto central de la libertad hacia las estrellas soñadas, por no ver un pequeño puntito, rechazar todo, y dar por verdades unas creencias falsas que estan desde el comienzo de los tiempos. Estas últimas son sencillísimas de desarmar.
Agarra y sujeta.
Sujeto cuando llegamos a la esquina, por si vienen autos, por que me miran a mí y no a donde tienen que mirar para cruzar la calle.
El tirano te sujeta constantemente y por ejemplo ahora viene moviéndote la cara hacia el costado equivocado
Todo lo sabe.
No, solo encuentro respuesta allí donde me hago una pregunta! Lo sabible para onvres las jermus y los chicos, y lxs otrxs, humanos también. Que aun no han llegado a ser. ¿Decís que no es algo posible?
Y el tirano sabe sus cosas también. Te las quiero contar.
El filosofo ve prepotencia, pero es amor total y ni sale de mí. Yo, mi yo, o yo, o para mí, sería quedar expuesto y como un loco de miércoles. Es amor, y no soy tanto yo. Esto: estaré hasta que mires donde señala la mano. Para salir de la impotencia, sí, hay algún instante de transito infernal (imaginario, interior, como temor a que pase algo de eso). Y miedos.
Por otro lado:
El temor ¿no puede aparecer a veces ante la visión de eso hacía donde nos dirigimos todos? Temor por sentir su realidad o sentirlo real? A mí me da a veces. Hace poco sentí. Pero el planeta se sigue calentando y no va a ser habitable dentro de demasiados pocos años con o sin miedo.
Sí. Es un guión que sujetaría al otro. En cierto sentido. Pero eso en una instancia mas global. Se lo sujetará para mostrarle como desarmar una mentira gigante que lo apresa. Es el sujetar necesario para que preste atención, sino no mira.
Pero más por acá, puntualmente dónde se sentiría un intento de sujetar? Puedo suponer alguna cosa pero no estoy seguro. Lo que supongo yo es por que se habla del guion pero no se expone el guion. Quiza por eso. ¿Sera?
¿Cómo se hace para evitar anticiparse? ¿Temor a perder qué?
Hay una atajada que es inherente al tema mismo. En uno y el otro. Es la primer reacción.
Que lo que tiene que empezar a pasar, tiene que empezar a pasar ahora, entre nosotrxs. La trampa del sometimiento se abre queriendo abrirla. Las herramientas para abrir esa trampa las podemos construir de muchos modos, pero ninguno de esos modos puede saltear o evitar la experiencia de la desobediencia al mandato mortífero y mortificante de una cultura represora.
Había uno temores así! LTA, creo hacerme una idea de cual puede ser. Pero sí, para mí también. Que empiece a pasar. Si! Si! Con wpp incluso se puede hacer pasar algo. Aunque wpp siempre fue un medio que se lo usó para que pasen solo unos poquitos mensajes, para mí es muy incompleto wpp, como que uno al final ahí dice la mitad de los mensajes con los dedos cansados. Y me pone nervioso escribir con los dedos gordos. Habría que ver, pero sí.
Claro, armar mundos con otrxs!!
No recuerdo si conté lo que yo imagino si obedecer es que te dominen. Si lo que somete, es la orden, yo solo lo puedo imaginar en una escena de dibujos animados. Algun villano con poderes le dice a Johnny Quest: AHORA, CAMINA HACIA MI, Y ENTREGAME LA PERLA. Y Johnny Quest lo hace, con los ojos perdidos. Y el chico hindú y el perro Bandido miran toda la escena desde una jaula que cuelga de una palmera. Sí, ¡una palmera! Torcida, supongo, para colgar una jaula de tiburones.
En fin, que una orden te domine pasa en los dibujos nomás. Lo digo así como un hecho porque te apuesto una palmera a que no vas a encontrar ejemplo LTA. ¿Qué importancia tiene esto? Una orden, en sí misma, para uno solo lado (si son demasiadas tiende a aumentar de un solo lado), o para ambos lados, es una cosa que aumenta la potencia. Una orden es como el amor. No digo que reemplace a una conexión libre. Pero es como el amor porque coordina de inmediato dos partes generando algo mayor. Hace que las partes sean parte de algo. Una orden la puede dar un jugador desmarcado: ¡pasala! Es una orden que el otro jugador, el que tiene la pelota, obedece cuando lo ve desmarcado al que la pide, (pero le dio una orden, no la pidió, no gritó “¿¡me pasas la pelota!?», y el equipo va 1-0.)
Y un soldado. El dominio en todo caso es anterior. Seguir bien las ordenes aumenta su potencia. Seguro tenga más chances de sobrevivir en una batalla si obedece órdenes. Y aumenta la potencia del peloton.
Haciendo el amor se dan ordenes. Al principio quizá pidás ¿no me das un beso? Luego va a ser: dame un beso.
Y este tipo de confusiones tienen consecuencias tremendas.
Uy cuando logre sortear cómo sentí que no me estás hablando a mí cuando empecé a leer tu extensa respuesta, te leeré. Mientras tanto, gracias por tomarte la molestia de responderme, aunque intuya que para vos es un placer.