Caso Milani: salando las heridas (una Carta Abierta)

Jorge R. Videla fue nombrado Jefe del Ejército por Juan Perón en 1973. En el mismo año, Perón nombra al frente de la Marina a Eduardo Emilio Massera, pasando a retiro a 14 marinos que estaban, por rango, antes que éste. Les tenía evidentemente mucha confianza. Dos años después, en 1975, el teniente Cesar Milani, según consta en una antigua denuncia, traslada a un prisionero torturado en La Rioja, y lo amedrenta y hostiga todo el tiempo (denuncia del 21/08/1984, 18.15 hs, legajo 21, recibido por la CPDH). El proceso de Memoria, Verdad y Justicia lleva treinta años en la Argentina, y es gracias a la memoria de los organismos de DDHH y de los sobrevivientes del genocidio (no a un gobierno de turno) que aun sigue vigente. La designación de Cesar Milani al frente del Ejército es un intento por detener ese proceso mediante una ficcional reconciliación, que se ensayó en una foto, pero que solo logró salar aun más las heridas.



CARTA ABIERTA AL Sr. JUEZ FEDERAL,
Dr. DANIEL HERRERA PIEDRABUENA.
Respetuosamente me dirijo a Ud. como un ciudadano que tuvo el honor de integrar la Comisión  Provincial de los Derechos Humanos de La Rioja (CPDH). Lo hago impulsado  por un imperativo de conciencia ante las numerosas publicaciones en los medios de información provincial y nacional, referente a las denuncias contra el Tte. General César Milani,  formuladas por el señor Alfredo Ramón Olivera,  radicada en el Tribunal Federal de La Rioja. 
Hace unos días, el propio Milani en un comunicado inusual del ejército por medio de una gacetilla;  se defiende y cuestiona al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), también critica “las graves irregularidades” de la tramitación judicial, en particular la actuación del fiscal Darío Illanes , al que acusa, entre otras cosas, de tener relaciones con el diputado cordobés  Luis Juez, con estar muy comprometido con organizaciones de derechos humanos y de haberle impedido ejercer “de manera real y efectiva el derecho de defensa”. El comunicado militar coincide y usa iguales frases amañadas de su abogado Narmona y del  Fiscal Horacio Salman para argumentar su inocencia. Este Fiscal en  enredada actitud, pretende beneficiar al militar, actuando como si fuera su abogado defensor, al afirmar  muchas inexactitudes, omitir  fehacientes pruebas y esgrimir un conjunto de errados argumentos que contradicen la verdad histórica reconstruida a lo largo de tres décadas en el proceso de memoria, verdad y justicia. Sin ninguna razón válida  pone en duda el valor de los testimonios de las víctimas y privilegia las justificaciones del Tte, General Milani, más las ideadas por él.
Tanto Milani como Salman parecen  unirse para  representar “El mundo al revés” (el denunciante pasa a ser denunciado) aseverando entre inaceptables y tergiversados paliativos  “que no existe ninguna víctima de causas de lesa humanidad en La Rioja, que mencionó el apellido Milani.” 
A causa de esta falsa afirmación, y viendo que el Gobierno de La Rioja, por intermedio de la Secretaría de Derechos Humanos se mantiene callado  y no sale a aclarar ni allegar pruebas, es el motivo y la misión de esta carta: reafirmar, que si existen comprometidas y fehacientes acusaciones al Militar, efectuadas y firmadas por el Sr. Ramón Alberto Olivera D.N.I. 11. 496.732  –presentadas ante la CPDH, receptada, firmada y sellada por el Secretario de Actuación Cipriano Horacio Navazo, el día  21 de  agosto de 1984, siendo las 18 horas y 15 minutos, legajo Nº 21 compuesto por trece páginas, asentada en el Tomo 2 Volumen 1 de los Testimonios Recibidos por la CPDH en el año 1984-. Allí figura desde hace  treinta años, verdaderamente nombrado cuatro veces por su grado militar y   apellido. Olivera narra de manera patética  cuando es interrogado en la cárcel: atado, vendado los ojos, torturado de diversas maneras y obligado a firmar “su exposición” sin leer lo escrito. Cuenta que
al día siguiente por la tarde, iría a declarar ante el Juez Federal, me transportan en un auto de la  Policía Pcial, a mi lado va el Teniente Milani al que reconozco por ser el que realizó el allanamiento  y llevaran detenido a mi padre. . .  . Entro a la sala donde voy a declarar y conmigo lo hace el Teniente Milani, el que no se retiraría en ningún momento de la sala, nos recibe el Secretario del Juzgado Armatti, me invita sentarme y al lado mío lo hace el Teniente, el que inmediatamente entramos, comenzó a increparme. . .  mientras el Secretario escribe conversa con el Teniente Milani preguntándole de su ascendencia, por este motivo es que se su apellido, que luego trate de retenerlo,. . . El Secretario va leyendo lo que dice que yo declare anteriormente en la cárcel, ante todo lo que hago es mostrarle, levantándome la bocamanga del pantalón, las huellas del intenso castigo que había recibido, y le digo que escriba que fui torturado, contestando que no lo va hacer porque cuando vuelva a la cárcel va a ser peor y desde ese momento no me prestó atención  a lo que yo podía decir. .. .  Lee todo lo que declare  en la cárcel, el Teniente Milanipermanecía a mi lado, y en los momentos que Armatti escribe él podía acusarme de alguna cosa, recuerdo algo así “nosotros a vos te cortamos la carrera justo”. . . se refería supongo a la carrera de guerrillero, pero no recuerdo otras acusaciones pero si el gran odio con que hablaba”.
Esta declaración de Olivera cuenta: cuando policías y Milani lo trasladan, que éste no se separa de él en ningún momento ni siquiera en la sala del Juzgado, que Milani se inmiscuía en el interrogatorio, refiere las amenazas y hostigamientos, afirma  reconocer al teniente  cuando secuestro a su padre,  explica porque se entera de su apellido Milani, deja constancia la negación a escribir las denuncias de torturas en la cárcel llegando a mostrar las huellas de las mismas,  y continua describiendo el desarrollo del interrogatorio clásico: si conoce a un desaparecido Heredia, a una jovencita Matta, a Schaller si viajó al Chaco y las infaltables preguntas sobre cual relación tenía con el Obispo Angelelli. Toda esta historia ocurría hace treinta años; la está protagonizada en parte por el Joven y olvidadizo Teniente César Milani.
Es un testimonio  que debe llegar a la opinión pública, para conocer un pasado nefasto y obtenga sus propias conclusiones. En ese testimonio 21, también está acusado  el funcional Juez de la dictadura Roberto Catalán y otros cinco represores, revelando: nombres y apodos, el accionar de los mismos y hasta indicando los domicilio de cada uno; además el vía-crucis por diversas cárceles, la pérdida de su trabajo y de sus  estudios de Maestro Mayor de Obras, y analiza desesperanzado la gran defraudación de la justicia de ese tiempo. Deseo que en estos tiempos de democracia, apuntalada por una verdadera justicia independiente, Olivera vuelva creer en ella. Para eso Señor Juez Herrera Piedrabuena: mucho depende de su delicada y correcta actuación.
   
El trabajo realizado por  la CPDH, no fue un juego ni un pasatiempo; constituyó una desgarradora y patética denuncia pública, para que la Justicia como corresponde, procediera con premura.
Toda la labor de la CPDH de La Rioja está plasmada en tres grandes tomos titulados “INFORME FINAL Y DOCUMENTOS ELABORADOS” y “TESTIMONIOS RECIBIDOS”  en donde figuran 161 legajos con denuncias, los que ya llevan tres décadas y todavía siguen esperando que llegue Su Majestad la Justicia. Es de esperar  que no se cierre la causa , propuesta de alguna manera por el Señor Fiscal Salman al afirmar prematuramente: “no hay nada de nada, porque no hay nada” sin  investigación seria y exhaustiva, habiendo muchas denuncias y  ocultando pruebas: como la declaración de Olivera realizada hace treinta años y que el fiscal bien las conoce por haberlas leído en los textos originales de la CPDH,  cuando los solicitó prestado a la Biblioteca Mariano Moreno,  luego de la sorpresiva presentación  de Milani en el Juzgado Federal de La Rioja.
Amparado en las garantías que debe brindar una justicia independiente: Milani debe tener la oportunidad y el derecho de defenderse en Juicio “de manera Real” como escribe en la gacetilla militar. Pero también, sin los justificativos incongruentes del Fiscal Horacio Salman que al parecer pretende impedirlo.
Señor Juez Federal:  Por la trascendencia de este tema, todos los ojos del País, están  puestos en su actuación; la que deseo sea un ejemplo de lo que es  justo, en salvaguardia de la salud  republicano, del honor militar de  las Fuerzas Armadas que no merecen tener un Jefe sospechado y del propio gobierno que saldrá fortalecido. Le saludo atentamente.
Jorge R. Mercado Luna
Médico- Ex integrante de la CPDH.
La Rioja – Junio de 2014.-

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.