por Brian Massumi + Erin Manning
(Traducción: Ana Fabbri)
ALFRED NORTH WHITEHEAD
CONOCE A ARAKAWA Y GINS
Antes de la operación
Es cierto que todos los cuerpos, cualesquiera que fueren, aunque no tengan ningún sentido, no obstante tienen percepción… y ya sea el cuerpo alterante o alterado, invariablemente una percepción precede a la operación; de no ser por eso, todos los cuerpos serían semejantes entre sí.
—FRANCIS BACON (en Whitehead 1967b, 68– 69)
Tomar en cuenta
“Hay una asignación que registra y una asignación que sucede más indeterminadamente” (Arakawa y Gins 2002, 5). La asignación que registra es el sentido, a saber “la cognición: la aprehensión”. La asignación que sucede más indeterminadamente es una percepción que precede a la operación cognitiva”. La aprehensión sin el “ap” y con el énfasis puesto en la nueva primera sílaba: prehensión. Todo comienza con un tomar en cuenta de una asignación todavía indeterminada (Whitehead 1967b, 69). La diferencia se funda en esta operación anterior (“de no ser por eso, todos los cuerpos serían semejantes”). Un cuerpo adviene a la suya propia ya encontrándose a sí mismo en una diferencia- de hacer tomar – en cuenta. Hasta ese momento no puede tener ningún sentido, sea este alterante o alterado. “Mitad-abstraído desde el comienzo” (AG 2002, 51). Y sin embargo ya está en proceso de aterrizaje. En una “actividad subyacente que realiza la individuación de sí” (Whitehead 1967b, 70).
Localización modal
Quizás sea simplemente demasiado pronto para hacer una distinción concreta entre lo alterante y lo alterado, lo que afecta y lo afectado-por. Para la actividad subyacente, es un empujar que tira, que atrae. El cuerpo es empujado hacia un tomar en cuenta que ya está en proceso, y esto lo tira, lo atrae hacia una realización autoindividualizante. No todavía uno u otro, agente o paciente, el cuerpo se encuentra en un “entretejido de modos” que no se puede desenredar (Whitehead 1967b, 70). Pura actividad. Cada lugar es un entramado prehensivo de modos recíprocos en pura actividad. No hay una “localización simple” (Whitehead 1967b, 69– 71). La sonrisa se esparce por todo el rostro mientras el rostro se amolda a la sonrisa. El sofá se acomoda al cuerpo como el cuerpo se extiende sobre el sofá. El amoldamiento ya asigna su doble potencial en el instante mismo en que se percibe el sofá, incluso desde una distancia incómoda. En la actividad subyacente de cada percepción, hay un movimiento de doble vía, de interfusión recíproca que ya, activamente, incipientemente, toma en cuenta. “Nuestro cuerpo penetra el sofá en el que se sienta; y el sofá penetra nuestro cuerpo” (Boccioni 1970, 28). “Lo que emana de los cuerpos y lo que emana de los entornos arquitectónicos se entremezcla” (AG 2002, 61). Una localización modal es un campo de experiencia.
La Agencia y la Paciencia
El cuerpo y el sofá “se hacen-con y se sostienen-en-adelante” (AG 2002, 9). Hacerse-con es mostrar agencia. Sostenerse-en-adelante para lo que vendrá es mostrar paciencia. La prehensión del lugar de aterrizaje interfusiona la agencia y la paciencia, indisolublemente alteración-alterante. “Debe evitarse la distinción entre el sujeto y el objeto” (AG 2002, 49).
Más Allá de la Localización Simple
“Eso que se asigna está en proceso de aterrizaje” (AG 2002, 5). El lugar está en proceso de auto-asignación mientras el cuerpo está auto-asignándose a él. El sitio se aterriza para el cuerpo tanto como el cuerpo se aterriza para el sitio. Este último se estira entre, en un único movimiento bidireccional de potencia. No presumas saber dónde está concretamente la persona que hace sentido arquitectónico corporal. Ella está en el campo de su potencia. “No podemos definir dónde empieza un cuerpo y dónde termina la naturaleza externa” (Whitehead 1968, 21).
La Potencia es la Corriente
La potencia es la corriente en la que un* no puede entrar dos veces. Pero “no hay dos momentos que tengan corrientes idénticas en las que descansar un pie cansado”. Recíprocamente, “no hay dos momentos que ofrezcan un pie idéntico”. “Nada queda en su lugar como lugar sino el flujo” (AG 2002, 4).
Emergencia del Campo de la Potencia
“Los lugares de aterrizaje abundan dentro de los lugares de aterrizaje” (AG 2002, 9). El entorno arquitectónico es un campo entrecruzado por muchas corrientes. Un campo de abundancia anidada. No comienza con una forma. No comienza con una configuración de figura-fondo. Comienza como un campo poblado de una interfusión de alteración-alterante. Las agencias-paciencias abundan para la asignación. Para que ocurra cualquier cosa en particular, debe tomarse una extensión particular: “El tomar una extensión particular para que sea un lugar de aterrizaje sucede en un flash” (AG 2002, 9). Habiendo sido tomado para ser, el lugar de aterrizaje ahora, es. Ser es ser tomado en un flash.
Pulsosde Personas
Ser es ser tomado en un flash. “Estos acontecimientos se asemejan a una decisión” (AG 2002, 9). Se tomó una porción del campo de potencia. El sostenerse-en-adelante del sofá, se hizo-con. Su actividad perceptiva desaparece en la comodidad. La comodidad sentada se destaca del fondo. Ocupa el primer plano, donde figurará como siendo la experiencia. Ahorael campo está configurado. Su acontecimiento tomó forma. El sofá descansa ahora en el fondo, paciente proveedor de felpa. Se separaron el agente y el paciente. El sujeto y el objeto. La persona y la cosa. El campo de potencia del cuerpo arquitectónico se hizo forma agradable. Esto ocurre en un flash y “se termina en un flash”. “Tan pronto como la forma asumida termina de decidirse, “cede a lo que sea que pueda venir a continuación” (AG 2002, 9). De vuelta en la corriente. Tomar, ceder; hacer figura, retraerse al fondo; resolución de la potencia, regreso de la potencia; tener lugar y permanecer en el flujo. Personar los pulsos con la potencia del campo. En cada pulso, atrae la abundancia del campo a un punto de vista unificador. Ese punto de vista expresa un acontecimiento que se asemeja a una decisión en moneda de afecto: la comodidad. Un valor afectivo es una expresión selectiva. Es una traducción cualitativa de una localización modal.
Lo que Tiene Lugar
El tomar forma de los acontecimientos que se asemejan a las decisiones es un tener lugar. Una posición es el punto de vista de la traducción afectiva de una localización modal en la que se asienta, que se autoasigna como un sitio. Pero “las posiciones asignadas pierden lugar rápidamente: el terreno cercano de un momento se desliza hacia el terreno lejano del siguiente” (AG 2002, 71).
La Consciencia Parpadea
En la pulsación de la persona, “la consciencia parpadea; e incluso en su estado más brillante, hay una pequeña región focal de iluminación clara, y una gran región penumbral de la experiencia que habla de una experiencia intensa de aprehensión tenue. La simplicidad de la consciencia clara no es una medida para la complejidad de la experiencia completa” (Whitehead 1978, 267).
El Ritmo, la Historia, la Vida
“Hay un ritmo del proceso por el cual la creación produce la pulsación natural, en el que cada pulsación forma la unidad natural de un hecho histórico”. Estas “transiciones de la historia exhiben formas de orden”. “La esencia de la vida”, sin embargo, “es estar fundada en las frustraciones del orden establecido”. El objetivo de la vida “está en lo nuevo del orden” (Whitehead 1968, 88). ¿Tener confort califica como vida? Únicamente si parpadea. ¿Tener confort es la muerte? Sí, si se mantiene en su lugar.
Una Perspectiva del Universo
“Las cosas asidas en una realidad efectiva, aquí y ahora, no son el castillo, la nube, el planeta [y el sofá] en sí mismos; sino que son el castillo, la nube, el planeta [y el sofá] desde el punto de vista de la unificación prehensiva [afectiva]. En otras palabras, es el punto de vista del [sofá], que está allí, desde el punto de vista de la unificación, aquí. En consecuencia, lo asido en la unidad, aquí, son aspectos del castillo, de la nube, del planeta [y del sofá]” (Whitehead 1967b, 70). Esta es una perspectiva. Pero no es una perspectiva de una porción del universo. Es una “perspectiva deluniverso” (Whitehead 1968, 66, 79, 89). Cada realización se figura a sí misma contra el fondo de su propia unificación, pero esa figuración sostiene su unidad en un contraste simultáneo con una abundancia interminable de potencialidades de realizaciones alternativas (Whitehead 1968, 91). Su puesta en primer plano de sí lo configura para ellos. Figura con ellos, implícitamente. Cada acontecimiento semejante a una decisión adviene a su propia individualidad con una infinidad de formas alternativas. “Expresa su propia naturaleza como siendo esto, y no eso… combinada con el sentido de los modos de infinitud, que se estiran más allá de sus propias limitaciones”. En este sentido, expresa implícitamente su relevancia necesaria, más allá de sus propias limitaciones. Expresa una perspectiva del universo” (Whitehead 1968, 108).
Su punto de vista es una región de la potencia del mundo, que tiene lugar de manera parpadeante. Habla de una experiencia intensa que anida en la región penumbral mayor de una experiencia más tenue. Es una perspectiva de la experiencia, en el mismo sentido en que es una perspectiva del universo. El mundo es los lugares de aterrizaje dentro de los lugares de aterrizaje; regiones de experiencia dentro de una experiencia mayor. El mundo es la más grande de las experiencias. Es de la experiencia, para la más grande o para la más pequeña. Cada experiencia es un hacer-mundo. Aterrizar es mundear.
Estribillo
“Es cierto que todos los cuerpos, cualesquiera que fueren, aunque no tengan ningún sentido, no obstante tienen percepción… y ya sea el cuerpo alterante o alterado, invariablemente una percepción precede a la operación; de no ser por eso, todos los cuerpos serían semejantes entre sí (Francis Bacon in Whitehead 1967b, 68–69). Los cuerpos, cualesquiera que fueren, “un tomar forma del entorno” (AG 2002, 4). Los cuerpos, cualesquiera que fueren, en el algún-lugar-cualquiera de su aterrizaje, menos un cuerpo como tal que un progresivo darse-cuerpo. Los progresivos darse-cuerpo como instantes de la existencia, como organismos que personan, como arquitecturas de movilidad. Cuerpos, cualesquiera que sean, porque ellos “serían semejantes entre sí”. Cualesquiera que sean porque están en exceso, siempre, de este o ese cuerpo pre-constituido: los organismos que personan toman en cuenta, proyectan campo, asignan, a los cuerpos en el hacer.
«Cada instancia de la existencia supone la noción de otras existencias, conectadas con ella y sin embargo más allá” (Whitehead 1968, 7). Los cuerpos en el hacerse, no como humanos ya existentes, sino como percepciones en el umbral de la medioambientalidad, un advenir ecológico. “Esta noción de medioambiente introduce la noción de ‘más y menos’, y de multiplicidad” (Whitehead 1968, 7). La prehensión no como la percepción antes del mundo, sino como el empujar-atraer de la conidad del mundear.
Antes de la operación, una pre-aceleración que se agita en la potencia. Antes de la operación, el modo en que los muchos devienen uno. “Los lugares de aterrizaje perceptivo se producen siempre en grupos –una bandada de pájaros que vuelan en formación ” (AG 2002, 10). Aterrizar perceptivamente es un hacer-campo-con en agitación, es devenir-cuerpo en un antes-de-la-operación, que sustrae para una tendencia que asigna. Los organismos que la persona agita en la mezcla, pero siempre en una conidad del medioambiente: un devenir ecología de las prácticas.
Cualquiera sea la actividad, la actividad pura: “Una perspectiva del universo”. La prehensión como un hacer-campo del entorno en su despliegue, que se resuelve en una ocasión, ocasión condicionada por una disposición-para o un ser-tomado-en-cuenta-para. La perspectiva del universo es un señuelo. “El mundo siempre se interpone en nuestro camino como todavía más mundo” (AG 2002, xii). Una excesividad seductora. Un entorno arquitectural es una transformación conjunta, una dinámica relacional, una emergencia de lo entre en el ambiente. “Su hacer campo de su entorno nunca cesa, continúa incluso cuando duerme” (AG 2002, 7). Un baile de atención de la pura actividad de los devenires en coalescencia hacia un acontecimiento que viene. Antes de la operación, en una “actividad subyacente de realización que se autoindividualiza” (Whitehead 1967b, 70). El organismo que persona, no como un cuerpo humano tanto como un impulso que tira a través de materias de hecho. “Cada instante es solo una manera de agrupar las materias de hecho” (Whitehead 1968, 146). Cada instante, un lugar de aterrizaje para un tener lugar. Cada tener lugar un entretejido prehensivo de modos recíprocos. La materia del hecho: la ecceidad del tener lugar, la ecceidad de arquitecturar ese mundo.
La ecceidad: una congregación. Una cualidad de la experiencia que pliega los muchos en el uno, una interfusión de agencia y paciencia, indisolublemente alteración-alterante. “Una construcción tentativa hacia un mantenimiento en el lugar”, no de lo uno, sino de la polifonía de la potencia: no presumas conocer concretamente dónde está la persona que produce el sentido arquitectónico del cuerpo. Está en su potencia. Una congregación hacia su concrescencia: los muchos en lo uno.
Modificado para “el ¿qué pasa a continuación? de una vida” (AG 2002, 42– 43), la concrescencia es un tomar forma subjetiva. Sus fuerzas convergen en una ecceidad de la experiencia que inmediatamente se interfusiona con los acontecimientos en el hacer. Ser es ser tomado en un flash. “El organismo-que-persona arrastra todo su mundo como un juguete-de-arrastre (AG 2002, 3). El organismo que persona: “una agitación local que sacude al universo entero” (Whitehead 1968, 133). Un campo poblado de interfusión alteración-alterante.
Un organismo-que-persona: una perspectiva, un campo poblado de interfusión alteración-alterante que aterriza a veces por poco y a veces ampliamente. “La sensitividad es el agente que reduce al universo a su perspectiva para el hecho. Aparte de las gradaciones de sensitividad, la infinitud del detalle produce una infinitud del efecto en la constitución de cada hecho” (Whitehead 1968,10). La sensitividad, una perspectiva del universo, un tomar, un ceder; un figurar, un pasar a segundo plano. La sensitividad, el modo en que la perspectiva hace concrescencia. La sensitividad, el modo en que la importancia hace campo. La sensitividad, el germen de la expresión donde los muchos devienen uno y son incrementados en uno (Whitehead 1978, 21).
“La importancia pasa del Mundo como uno al Mundo como muchos” (Whitehead 1968, 20). La importancia, un tomar-forma del entorno que activa la ecceidad de la vida en el hacer, empuja-atrayendo las agitaciones a la resonancia de la potencia. La importancia, el modo en que “la perspectiva se impone sobre el universo de las cosas sentidas” (Whitehead 1968, 1). La relación dinámica, donde el proceso ocasiona.
Antes de la operación
Es cierto que todos los cuerpos, cualesquiera que fueren, aunque no tengan ningún sentido, no obstante tienen percepción… y ya sea el cuerpo alterante o alterado, invariablemente una percepción precede a la operación; de no ser por eso, todos los cuerpos serían semejantes entre sí.
—FRANCIS BACON