Amistad, conspiración y libro // Diego Valeriano

Primero la amistad. Una amistad como apertura al mundo, como intimidad, como secreto, como segundeo. Amistad para poder seguir respirando, riendo, haciendo. Esta amistad no se reduce a un vínculo: es papel, tipeo, tinta. Una historia, unos dibujos, un río de aguas que crecen de manera inexplicable. Rocío, Pedro, Irene, el hijo que desaparece, los borrachos (acá hablan de vos y yo, ¿nocierto?) Amistad como otra forma de estar en una.

Segundo el libro. Me pasa algo y me cuesta definirlo. Siento que el libro como objeto cobra otra dimensión. No es un libro que veas en una estantería y te parta la cabeza. No es llamativo, ni estridente, ni flashero. Pero en cuanto lo empezás a hojear, tocar, leer, pasa algo. Conmueve de una manera especial. El color del papel, los trazos de los dibujos, ciertas nuevas texturas, la crecida del agua. La novedad de lo que está escrito y cómo se lee. El libro nos invita a algo. Se lee de un tirón pero no de manera manija. No hay ansiedad, hay ganas; no hay urgencia, hay intimidad; hay alegría, no euforia. 

Tercero la conspiración. Amador Fernández-Savater dice que conspirar significa respirar juntos. Los que conspiran se dan aire unos a otros contra la asfixia que produce el poder del negocio en la vida entera. No se limita a denunciar, sino que, como dice Piglia, “intenta modificar relaciones de fuerza y tiene a la huida por condición”. 

“A la espera” (Cordero Editor) es la conspiración, la amistad y el libro de Rocío y Pedro que nos invita a algo, a estar en una, a desertar un rato del ruido insoportable que nos deja sin ánimo, sin ganas, sin palabras. “A la espera” es una linda experiencia que construye una intimidad que nos permite respirar de otro modo. 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.