Ahora que la derecha sacó a relucir por todas partes la amenaza de muerte como su mas eficaz dispositivo de control político y social, ahora que sabemos que se pueden ganar elecciones sin que eso garantice una mayor potencia política (sino apenas un mínimo aplazamiento de lo peor, y a veces ni eso) ¿cómo recordamos esta fecha? Porque como bien sabemos un 8 de octubre de 1967 las tropas del ejército boliviano al mando de la CIA capturaban al combatiente Ernesto Che Guevara, asesinado el día 9 después del mediodía. A mi modo de ver, no cabe reseñar al Che como a un voluntarista solo explicable en el ambiente psicodélico de los idealizados años sesentas, ni menos aún como el más noble y ejemplar de los fracasos de las ideas comunistas, que fueron las suyas. Por fuera de estas auto-complacencias, y en un contacto honesto con su figura, Guevara plantea cuestiones ardientes que nuestra época elude (que no podemos sino eludir) por una lamentable escasez de recursos. Tomado en su racionalidad y no como modelo, nos conecta aun hoy con la experiencia más radical que hizo un pueblo latinoamericano para transformar sus propias estructuras de dominación; con un modo claro y decidido de plantear a nivel internacional el problema del anticolonialismo -que hoy no deja de volver como problema del racismo, central en la ofensiva de las ultraderechas-, y el de la enemistad en términos no esencializados: la lucha revolucionaria no era planteada por la guerrilla del Che como una tentativa de cancelar propiedades ontológicas de los sujetos enemigos, sino como un modo de derrotar dispositivos de dominación absolutamente tangibles y vigentes (Guevara fue el pensador latinoamericano que mejor conectó la relación interna que liga la ley del valor con la subjetividad capitalista). Que Guevara no pueda ser esgrimido como modelo -todo modelo congelado frena el pensamiento y la acción- no suprime sino que libera un tipo de racionalidad colectiva que no se recrea en mitos congelados sino en luchas históricas, en enemistades situadas y en proyectos de liberación.
PEDRO ROSEMBLAT ES UN HOLOGRAMA // Francisca Lysionek
Publicada originalmente en el blog Victorica Es pertinente que la IA nos
ESQUIZOFASCISTAS!!!!
que hace un ASESINO ESQUIZOFASCISTA, COMO ESTE SUJETO, en una revista anarquista????? ridículo matrimonio, típico de anarcos esquizofascistas!!! sudakas del siglo XXI
¿Que te pasó Juan? ¿Andás con ganas de juzgar?
Te propongo algo más dificil, pensar y analizar lo que estamos leyendo en este artículo.
Personalmente me parece que el Che nos ha dado mucho, como modelo del cual nos hemos alejado, y no me refiero solo a lo ideológico, sino a su pragmatismo que lo llevo a lochar codo a codo con cada uno de los combatientes con los que compartía el lugar.
Su triunfo y el de Fidel, tuvo que ver entre otras cosas, con la cercania que tenian con el pueblo, comian lo mismo, hablaban en la misma mesa, compartían su lugar donde descansar. y vos te ponés a despotricar ¿Gratis?.
Lo siento no estoy de acuerdo con tu postura estás fallado.