Quememos todos los libros // Diego Valeriano

El libro de Macri, el de Cristina, el de Vidal, el de Milei y quememos todos los libros que podamos por favor. Los posteos, los retuits, lo cheto, lo luchón, lo vigilante, discutir en el grupo de wasap familiar por Vicentín sin entender ellos, sin entender vos, sin entender nadie. Termearlos por la deuda y que se llamen a silencio. Repetir el termeo como forma de militancia. Pato bancando a los reprimidos en Formosa, compas culpando a los medios, lo trosko siempre a mano, el silencio que todavía aturde por Guernica y lo absurdo que se nos volvió todo. Gatos que militan, atacan, defienden por un platito de whiskas, por unos likes, para no estar tan solos en este mundo. La defensa de la costanera, el silencio por la cordillera, las vacunas rusas, los terraplanistas desforestados, los barbijos del Conicet y opinar urgente como forma de lucha.  

La desaparición de Facundo, el mismo silencio, la misma policía, la misma forma de encubrir, proteger, justificar de siempre. La política en patrullero ¿Dónde votaría Facundo la próxima elección? Los ranchos que queman, los pibes que corren, los manteros que resisten. las pibas que ya no están y el miedo como la forma más eficaz de la política. Flores, Adrogué, Moreno, Constitución, un pasillo, unos pares de cuadras para el fondo, un hotel, una guerra, una astilla. La policía que sabe que no está sola, que la bancan, que la necesitan. La misma alianza para el buen gobierno y negocio de las cosas.  

Sarlo, Verbitsky, El Dipy, Echarri. Despertarse y mirar el teléfono. Esa manija inexplicable que te dan las noticias. Indignarse, hartarse, no sacar la vista de la pantalla, acusar. La ira que recorre el cuerpo de manera gozosa. Estar informada aunque más no sea con kilos de basura. La corte suprema, la justicia federal, jueces, fiscales y todo eso que nos es tan ajeno, distante, chino. Lo personal que es político especialmente para algunos. Proyecto personal, familiar, de clase, de vida. 

Lo lejos que queda todo eso. Viajar todo el día, viajar mal. Bajar del tren, correr el bondi, esquivar el campito, llegar a salvo, stalkear ahora que tengo wifi. Comprar un escabio, cenar unas milas de pollo, dormir y volver a salir. El extractivismo de nosotros mismos. Rapi, facebook, maple, Badoo, falopa. La guerra contra los cuerpos, la tierra, el aire, las ganas. Sus proyectos políticos, nuestros garrones diarios.

3 Comments

    • Valeriano casi nunca es propositivo. Pinta las realidades de los que no encajamos por voluntad y los que no encajan por descartados. Diego gracias por seguir recordando que facundo falta y berni sigue firme, me gusta la ironía en la costanera importante y los bosques descartables, que el extractivismo es trasversal a cualquier partido que asuma porque lo que no se discute es la renta, venga quien venga el monte se va y se alfombra con agronegocios. Martin si querés propuestas busca en tu partido y agarra el contrato electoral, por ahy tenes mil cosas que pensar y muchas excusas para dar, pandemia o no pandemia la torta se reparte, el territorio se reparte y los que estamos abajo no podemos esperar la vida a que la relación de fuerzas y esa película de siempre.

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