Preguntás si el feminismo es odiar a los hombres. Y no es políticamente correcto decirlo, pero la verdad es que sí: te odiamos. Odiamos cuando levantás la ceja mientras una mujer habla de los abusos que sufrió, como si te correspondiera determinar cuán verosímil es su experiencia para brindarle apoyo o quitárselo del todo. Odiamos, también, cuando tildás a las minas de exageradas por sentirse ofendidas de que les toquen el orto, las tetas, la concha en un boliche. Odiamos cuando saltás y no hay charquito; “no todos somos iguales”, decís, como si ser buena persona significara que el mundo entero es buena gente. “No todos somos iguales”, decís e invalidás la opresión de la mitad de la población mundial porque en tu casa todos lavan los platos en partes igualitarias.
Hacenos el favor y pensá, en pleno siglo XXI y con Dios Google casi que podés saber cualquier cosa, por ejemplo qué es el feminismo. Incluso podés sacarte dudas usando el sentido común: buscá en los diarios los siguientes títulos: “Horda de feministas prende fuego a un varón violento”; “Feministas radicales atacan club de fútbol”, “Hombre descuartizado en un basural: sospechan de feministas”, “Lesbianas violaron en grupo a un hombre en Lanús”. Cuando encuentres estos titulares, y seas vos el que tenga miedo de salir de noche y sea tu amigo el que sufrió una violación; cuando una mujer te manosee en la oscuridad de un bar y vos no puedas identificar quién fue, y seas vos el encargado de cocinar, atender a los pibes y a la abuela cada día después de trabajar; cuando regulen tu forma de vestir con adjetivos denigrantes y hagan lo mismo con todos tus amigos, desde los 5, 6 o 7 años, ahí, entonces, quizá podamos hablar de odio hacia los hombres. Mientras tanto, te duela o no, te sientas parte o no, los varones siguen cometiendo crímenes de odio. Los cometen contras mujeres, lesbianas, travestis y transexuales; matan, violan, acosan, tocan, opinan sin ningún permiso, nos niegan derechos usando de modo ignorante y retorcido las palabras “biología” y “natural” ¿sin saber? que la naturaleza tiene hembras asesinas, machos que engendran crías, homosexualidad y sexo no monógamo, entre otras antinaturalidades. Por eso no tienen de dónde agarrarse y se aferran al “odio”.
Preguntás si el feminismo es odiar a los hombres y es otra muestra de tus privilegios: pocas periodistas mujeres preguntan por TV si los varones nos odian a todas, incluso ante el femicidio más sangriento. Preguntás si el feminismo es odiar a los hombres porque el peor futuro al que puede aspirar una mujer en este sistema es, precisamente, una odia hombres a la que ningún hombre va a querer jamás. Mientras, los delitos feministas se reducen a pintar paredes y prender fuego patrulleros sin ningún policía adentro. Para variar un poco la pregunta: ¿Por qué no deberíamos odiarte?
Nahir desmantela todo tu argumento y la famosa Lorena bobbit y las q la copian tmb
sos un gil
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